
Unas manos que eran casi inservibles ahora tienen vida mientras ella habla sobre los milagros y la misericordia. Una cara que una vez estuvo inmóvil como un signo palpable de la enfermedad de Parkinson, ahora lleva una gran sonrisa.
La monja francesa, la Hermana Marie Simon-Pierre Normand, RN, estuvo en la residencia de los Padres Marianos en Stockbridge, Massachusetts junto con la Madre Superiora, la Hermana Marie Thomas Fabre. A través de un intérprete, ellas cuentan la milagrosa sanación de la Hermana Marie Simon en el 2005, atribuida a la intercesión del Papa Juan Pablo II. Su sanación fue aceptada como el milagro para la beatificación de Juan Pablo el 1ro de mayo del 2011.
"Es como volver a nacer, una nueva vida, y mi vida espiritual ha sido renovada," dijo la Hermana Marie Simon. "Lo que el Señor me ha dado a través de Juan Pablo II es un gran misterio, difícil de describir con palabras, ya que es tan maravilloso, tan impactante."
Esta fue la primera visita de las Hermanas a los Estados Unidos, quienes vinieron gracias a la tenacidad de Marie Romagnano, RN, fundadora del apostolado Mariano de los Profesionales de la Salud por la Divina Misericordia. Marie y el Padre Kazimierz Chwalek, MIC, el Provincial Superior de los Marianos en Stockbridge, hablaron con la Hermana Marie Simon después de su conmovedora charla en el segundo Congreso Apostólico de la Divina Misericordia en Cracovia, Polonia, en octubre del 2011. Ellos la invitaron a ella y a la Hermana Marie Thomas, quien es también partera, a presentar su testimonio en la conferencia de los Profesionales de la Salud por la Divina Misericordia en el verano de este año.
En el 2001 la Hermana Marie Simon-Pierre fue diagnosticada con la enfermedad de Parkinson a los 40 años de edad, quien ya presentaba síntomas de la enfermedad degenerativa. A pesar de encontrar fortaleza al ver el valor y coraje del Papa Juan Pablo II, la Hermana Marie Simon comenzaba a sentirse afligida. Según ella, el ver públicamente la debilitante enfermedad del Santo Padre, podía comprender las dificultades que tendría que sobrellevar. Incluso, llegó a tal punto que ella no podía ni siquiera ver en la televisión imágenes del Papa.
Su superiora, la Hermana Marie Thomas dice que anteriormente era una persona que era "llena de vida, dinámica, muy alerta" pero que luego casi ni podía manejar cortas distancias, no podía arrodillarse ni sostener los cubiertos. Su letra cursiva antes ordenada y pulcra, era entonces casi imposible de leer. Con los músculos de su cara inmovilizados, su hermosa sonrisa sólo se podía apreciar en fotografías. Era una lucha dormir y era difícil para ella ser útil en los oficios de enfermera en la sala de maternidad. Tenía miedo de convertirse en una carga para su comunidad. Pero misteriosamente, después de la muerte del Santo Padre, la condición de la Hermana Marie Simon empeoró brutalmente.
Oraciones para una sanación
El 13 de mayo del 2005, seis semanas después de la muerte de Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI anunció la dispensación de los 5 años de espera para abrir el proceso de beatificación de su predecesor. La Hermana Marie Thomas dijo que "con un corazón y una sola fe, humildemente, discretamente, y con una fuerte esperanza" todas las hermanas comenzaron a orar una novena continua para la sanación de la Hermana Marie Simon a través de la intercesión del fallecido Santo Padre.
Tres semanas después de haber comenzado la novena, la tarde del 2 de junio, la Hermana Marie Simon se reunió en privado con la Hermana Marie Thomas para confiarle que ya no podía seguir llevando a cabo sus labores en la sala de maternidad. Pero para su alegría, la Hermana Marie Simon le dijo que había experimentado una sanación espiritual. Después de varios años luchando en aceptar lo que ella consideraba un futuro sombrío debido a su enfermedad, finalmente se había entregado a la voluntad de Dios y estaba en paz, lista para cargar su cruz como lo hizo Juan Pablo II.
"! Esto es una victoria, gracias Señor!, pensó la Hermana Marie Thomas. "No había más temor en el futuro. ¿No es eso la paradoja de la Cruz? Ella acababa de decirme que ya había llegado al límite de sus fuerzas, pero sin embargo, estaba completamente en paz."
Pero las cosas se pusieron aún más interesantes después de que la Hermana Marie Simon le dijo a la Hermana Marie Thomas que ya no tenía la habilidad para escribir. Sintiendo espontáneamente la presencia de Juan Pablo II con ellas, la Hermana Marie Thomas le dijo a la Hermana Marie Simon que tomara una pluma y escribiera en francés "Jean Paul II" en un pedazo de papel. La Hermana Marie Simon al principio rehusó, y dos veces después que la superiora se lo pidiera, finalmente aceptó hacerlo.
Los resultados, dijo la Hermana Marie Thomas, fueron lamentables. La Hermana Marie Thomas recuerda haberse quedado sin palabras, preocupada de haberle ofendido a su querida hermana y ambas se quedaron mirando las letras ilegibles orando en silencio.
"Señor, lo único que queda es un milagro," recuerda la Hermana Marie Thomas y dirigiéndose a la Hermana Marie Simon dijo "Juan Pablo II no ha dicho su última palabra."
¡Milagro!
Ese mismo día, dos meses después de la muerte de Juan Pablo II, la Hermana Marie Simon estaba sola en su habitación cuando escucho una voz interior que le dijo que tomara una pluma para escribir. Ella escribió unas líneas del Evangelio.
"Para mi sorpresa, las letras era legibles. No sabía qué era lo que estaba pasando y me fui a dormir... A las 4:30 a.m. me desperté estupefacta de que me había dormido. Di un salto de mi cama y mi cuerpo no sentía ningún dolor. No había inmovilidad y mi cuerpo se sentía ligero. Interiormente me sentía diferente."
Los temblores habían desaparecido. Esa tarde, se reunió nuevamente en privado con la Hermana Marie Thomas, quien estaba visiblemente conmocionada por lo ocurrido. Una vez más, la Hermana Marie Thomas le pidió que escribiera "Jean Paul II."
"Sin dudarlo, ella lo escribió," recuerda la Hermana Marie Thomas. "Su escritura era totalmente diferente, se podía leer. Le pedí entonces que escribiera mi número de teléfono aunque no tenía ningún sentido, sólo quería ver su escritura."
"Mi nombre religioso es Marie Thomas. ¡Debo ser familiar de San Tomás el Apóstol!" Dice en tono de broma al referirse al apóstol conocido por sus dudas.
Continuamente la gente se pregunta por qué fue ella sanada, a lo que ella responde que es un misterio. Lo que no es un misterio es que "Dios actúa en nuestras vidas y escucha nuestras oraciones. Dios lleva a cabo milagros todos los días."