
Él recuerda cómo jugaba a ser diácono cuando era pequeño pero finalmente el pasado 3 de enero se hizo realidad. El Hermano Allen Alexander, MIC, fue ordenado al diaconato transitorio el en la Fiesta del Santísimo Nombre de Jesús y vigilia de la Epifanía, por Su Reverencia Mitchell Rozanski, obispo de la Diócesis de Springfield, en el Santuario Nacional de la Divina Misericordia en Stockbridge, Massachusetts. El Diácono Allen será ordenado sacerdote a finales de este año, con la voluntad de Dios.
Lo acompañaron en este gran día sus hermanos Marianos, amigos, Auxiliares Marianos, y una invitada muy especial: su madre, Sharon Alexander.
"Desde muy pequeño sentía el llamado al sacerdocio," dijo Sharon. "La gente lo veía en nuestra parroquia, incluso las mujeres mayores rezaban y me decían 'Dios tiene un plan para tu hijo'. Yo simplemente les decía 'OK'."
Cuando le preguntamos a Sharon que sentía al ver su hijo ordenado a diácono, ella dijo: "Mientras estaba arrodillada y escuchaba las palabras sobre ser elegido y todo eso, sólo podía imaginar lo que María pudo haber sentido cuando la gente le decía que su Hijo era el elegido."
Ciertamente, la felicidad se sintió durante el día, y no sólo por la personalidad alegre y jovial que caracteriza al Hermano Allen, ahora Diacono Allen. Durante la ceremonia como es tradicional, hubo pastel seguido por unas palabras del recién ordenado diacono Mariano a todas las personas que se habían reunido para celebrar con él una experiencia que sólo se vive una vez en la vida.
El diacono pelirrojo se paró en frente y dijo: "bueno, antes que nada, quisiera agradecer a Dios por este día." Luego de una larga pausa dijo "la verdad es que no tengo palabras" a lo que todos comenzaron a reír, incluso el mismo Reverendo Padre Kazimierz Chwalek, provincial superior de los Marianos quien riendo le contestó: "¡Y tú que nunca te quedas sin palabras!
Otro sacerdote Mariano, el Padre Jim McCormack, MIC, dijo: "Para aquellos que hemos estado con el Diácono Allen a lo largo del camino de su formación, hoy es un día de gran alegría. El Padre Jim es el Superior de la casa de estudios en Washington D.C. donde el Diácono Allen se encuentra terminando sus estudios teológicos. "¡Acaba de pasar todos sus exámenes! Es claro que el Señor está haciendo grandes cosas para el Diácono Allen y para todos los Marianos a través de él."
El Diácono Allen fue el primer Mariano de la provincia americana en ser ordenado durante el Año de la Vida Consagrada, establecido por el Santo Padre para permitir a la iglesia contemplar el regalo de Dios de las vocaciones religiosas.
"El centro de la consagración es entregarse por completo a Dios," explicó el Padre Kaz. "El Señor debe ser el centro de ustedes. Durante este año especialmente para las comunidades religiosas, deseamos vivir esta consagración religiosa. Queremos reafirmar nuestro llamado con gratitud en nuestros corazones. La providencia de Dios es maravillosa, y Dios sabe lo que necesitamos. Dios sabe lo que cada persona necesita. Hay una expresión de San Pablo que dice: 'Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito' (Romanos 8, 28)."
El Padre Kaz también dijo que para poder recibir esos regalos de Dios, los Marianos dependen de las oraciones y el apoyo de los Auxiliares Marianos. "Cuando las personas rezan por las vocaciones y por los seminaristas, veo una gran diferencia ya que la oración los protege y los ayuda a madurar tranquilamente. La oración les permite experimentar más plenamente el amor y la misión de Dios. Es por ese motivo que siempre agradezco a aquellos que nos brindan su apoyo, ya que no sólo ayuda a solventar los gastos de los estudios para los hombres en formación y por otro lado, sin sus oraciones, no sería posible alcanzar la santidad y el sacerdocio.
"Les pido encarecidamente a todos los miembros de la Asociación de Auxiliares Marianos continuar orando por nosotros y por las vocaciones religiosas. Recen no sólo por nosotros, sino también por las vocaciones futuras. Recen por los jóvenes y sus familiares, para que permanezcan cerca del Señor, y así, si el Señor los llama, puedan escuchar la voz de Dios."