La Cuaresma es un tiempo para refrescar la memoria. ¿Sabias que la Divina Misericordia se hizo carne? ¿Que la Divina Misericordia se derrama en el mundo en sangre y agua, en rayos de luz? por eso la Cuaresma es un tiempo de alegria, pero también de penitencia, porque puedes ser perdonado de tus pecados.
A medida que nos acercamos al Domingo de la Divina Misericordia, el 27 de abril, en Stockbridge, Massachusetts, recibimos a menudo preguntas sobre la manera correcta de celebrar la festividad. Esto es algo que Santa Faustina no reflexiona con mucho detalle en su Diario, y se han establecido costumbres locales que la gente a veces confunde con los requisitos litúrgicos del día...
En el Plan Reconciliador de Dios, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el santo custodio de la Sagrada Familia, es el santo que más cerca está de Jesús y de la Santísima Virgen María.
Esta aparición de Nuestra Señora de Lourdes está llena de mensajes que nos reafirman nuestra fe: como cuando Nuestra Señora de Lourdes le pidió a Bernardita que bebiera el agua de la gruta y ella obedeció a su llamado, escarbando la árida tierra, pues en ese lugar no había agua. De pronto, surgió un manantial al que se le atribuyen poderes curativos, donde hoy en día millones de peregrinos acuden en espera de un milagro.
¿Y el ejercicio espiritual? Si la fortaleza del organismo y la energía física son importantes, ¿cómo no va ser vital que sigamos trabajando para robustecer la fe y la vida espiritual? Conforme crece nuestra fe, adquirimos una mayor capacidad de perdonar y de mantener la paz, aparte de que una fe robusta y dinámica conduce a una mayor valentía y confianza en Dios.