Santa Maria, Madre de Dios y de nosotros
Cuando declaramos que la Virgen María es Madre de Dios, descubrimos una gran revelación, tanto acerca de Jesús como de ella misma. Cada suceso de la vida de Cristo, desde su encarnación hasta su cruz, resurrección y ascensión al trono del Padre, es prueba del infinito amor de Jesús a los seres humanos, como también de su condición divina.